El CBD, o cannabidiol, es un compuesto que se encuentra en el cannabis y el cáñamo, es conocido por sus propiedades terapéuticas.
Es importante recalcar que no es psicoactivo porque, en la mayoría de los casos, el CBD no contiene delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) en cantidades significativas, este es el compuesto que le da a la marihuana sus propiedades psicoactivas, por lo que el extracto de cannabidiol no produce las sensaciones típicas que sabemos puede provocar la marihuana en los humanos. Además, la mayoría de los productos de CBD se derivan del cáñamo y no de la marihuana.
El CBD para perros es, por tanto, una forma de aplicar este compuesto para paliar algunas afecciones caninas.
Los animales, igual que los humanos, cuentan con un sistema endocannabinoide con receptores CB-1 (encargados de los procesos cerebrales) y CB-2 (en el sistema inmunológico y en órganos periféricos).
Estos receptores se encargan de una gran variedad de procesos fisiológicos como la inflamación, la ansiedad, el estrés, la movilidad, el aprendizaje, las náuseas, vómitos, apetito, emociones, envejecimiento, alergias y problemas dermatológicos
Así pues, como los animales también producen endocannabinoides, se cree que sus receptores responden al CBD de forma similar a la que lo hacen los humanos. Sin embargo, aún queda mucho por investigar sobre los efectos del cannabidiol en los animales.
Debido a que el CBD comparte rutas metabólicas con medicamentos antiinflamatorios (AINES), cada vez hay más evidencias de que ayuda en procesos inflamatorios, como es el caso de artritis o enfermedades inflamatorias intestinales (ej. IBD). Incluso en algunos pacientes ha sido posible la completa sustitución de los medicamentos antiinflamatorios por CBD, hecho muy deseable en perros que sufren los efectos secundarios de los AINES por su necesidad de uso a largo plazo.
El beneficio del aceite de CBD como antiinflamatorio observado en perros que sufren artritis o artrosis no solo tiene beneficio a nivel inflamatorio, sino que además actúa indirectamente disminuyendo el dolor.
En perros con otros tipos de dolor inflamatorio también, como es el caso del dolor de espalda por afecciones de los discos intervertebrales, dolores neuropáticos u otros dolores de origen crónico.
Algunos artículos afirman que el CBD para perros también es efectivo para disminuir la ansiedad, otros, sin embargo, lo ven dudoso debido a que como el CBD no es psicoactivo, es poco probable que tenga la capacidad de tratar directamente la ansiedad canina de la manera en que lo hacen otros medicamentos ansiolíticos.
El uso de CBD para perros en lo que respecta a la ansiedad, requiere mucha más investigación.
Las convulsiones son la aplicación más estudiada de CBD en las personas, y comienza a serlo en los perros.
Diversas investigaciones han demostrado que el CBD es capaz de disminuir la intensidad y frecuencia de las convulsiones en perros diagnosticados de epilepsia idiopática.
Además, la AKC Canine Health Foundation (CHF) está patrocinando un estudio, a través de la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de la Universidad Estatal de Colorado, que evaluará el uso de CBD en perros epilépticos resistentes al tratamiento. Se espera que en noviembre de este año tengamos disponibles los resultados.
En las personas, el CBD se ha estudiado para su posible uso en pacientes con cáncer, tanto para tratar el tumor o tumores directamente como para tratar los síntomas secundarios del cáncer y la quimioterapia. Se han realizado investigaciones muy limitadas sobre el uso de CBD para perros con cáncer.
Sin embargo, los efectos del CBD contra las náuseas observados en personas que reciben quimioterapia también se han documentado en ratas y hurones, lo que sugiere que los perros que reciben quimioterapia pueden beneficiarse del tratamiento con CBD en estos casos.
Algunos veterinarios que lo han probado con sus pacientes han podido observar una notable mejoría de los síntomas en perros mayores con síndrome de disfunción cognitiva.
Siendo la desorientación, alteraciones del ciclo del sueño, disminución de la actividad o aumento de la ansiedad o la inquietud y alteraciones del apetito los síntomas más típicos en esta patología.
